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Hebreos 11:26
"Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón."
¿A quién no le gusta que le den una palabra de prosperidad? De esos mensajes en donde nos dicen que somos príncipes y princesas hijos de un rey. Que pidamos y vamos a recibir. Que Dios nos llamó para grandes cosas y ser bendecidos, prosperados, etc.
Todo eso está bien, pero muchas veces no se predica un mensaje integral, un mensaje completo. No se habla de todo lo que implica ser un verdadero seguidor de Cristo. Y es que seguir al Cristo de las sanidades, liberaciones y milagros y de la fama es fácil. Pero seguir al Cristo vituperado, escarnecido, azotado y crucificado es muy diferente.
Y es que como cristianos tenemos que sufrir muchas cosas así como Cristo padeció, tienen que cumplirse en nosotros los vituperios de Cristo. Cómo Jesucristo sufrió desprecios, afrentas, vergüenzas, humillaciones, el odio y hostilidad de los hombres. También como sus seguidores, hemos de pasar por esto.
El diccionario describe la palabra "vituperio" como la censura o desaprobación que una persona hace con mucha dureza contra algo o alguien.
Y esto de los vituperios también es una prueba a nuestra fe como Pedro bajo inspiración del Espíritu Santo escribe de que nos alegramos por la fe en la esperanza de la herencia que hemos de recibir en la eternidad. Pero que ahora, si es necesario hemos de ser afligidos con diversas pruebas al igual que el oro que aunque llega a podrirse se pasa por el horno. Cuanto más nuestra fe tiene que ser probada con fuego para ver si es auténtica. (1 Pedro 1:6 y 7)
Moisés prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios
En el texto del inicio el escritor de la epístola de los Hebreos pone a Moisés en una lista que se ha conocido en el cristianismo como los héroes de la fe. Hubo un momento en la vida de Moisés cuando ya era grande y le fue revelado el plan de Dios para su vida, en que tuvo que decidir si escoger entre los tesoros de los egipcios o el vituperio de Cristo.Y la escritura dice que prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios que gozar de los deleites temporales del pecado.
En el tiempo de Moisés Jesucristo ni siquiera había venido al mundo como hombre y sin embargo ya se cumplían en Él los vituperios de Cristo. Esto contrasta con varios de los gobernantes que habían en el tiempo de Jesús y que creyeron en Él pero no lo confesaban porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios. Porque a todo aquel que confesaba creer que Jesús era el mesías lo expulsaban de las sinagogas. Juan 12:42, 43.
Al igual que Moisés y todos los que le han servido a Dios, en nosotros también tienen que ser cumplidos los vituperios de Cristo, también tenemos que beber de la copa que el bebió. No igual que Él lo hizo, pero si conforme a lo que Dios ha determinado para nuestra vida. Si somos verdaderos creyentes y tenemos un llamado de Dios, tenemos que llevar la muerte de Jesús en nuestra nuestro cuerpo, para que también su vida se nos manifieste, aquí en la tierra pero sobre todo en la eternidad. Quien no quiera vivir esto, no es digno de Él.
Los Profetas y Santos de la antigüedad sufrieron los vituperios de Cristo
Profetas como Ezequiel, Jeremías, Isaías y otros sabían esto de los vituperios de Cristo y la gloria que también traerían. La Biblia dice que ellos investigaron e indagaron diligentemente cual era el tiempo de la dispensación que indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos. El Espíritu de Cristo, anunciaba los sufrimientos de Cristo y también las glorias que vendrían después. Y les fue revelado que no era para ellos esta dispensación, sino para nosotros. (1 Pedro 10-12)
Pero nunca imaginamos cuando aceptamos a Cristo todo lo que implica ser Cristiano. No sólo lo de las promesas y bendiciones, sino las cosas que tenemos que pasar por servir a Dios, cuando en realidad somos auténticos seguidores de Jesús.
Dios les bendiga.
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